El misterio de las cosquillas

Todos en algún momento de nuestra vida hemos presentado una sensación de cosquilleo, principalmente cuando alguien nos roza o toca en algunas zonas de nuestro cuerpo. Como bien sabemos, las cosquillas nos producen una cierta cantidad de risas, y hasta una sensación de placer. Pero, ¿Por qué las cosquillas se producen solo en ciertas partes de nuestro cuerpo? ¿Por qué algunas personas tienen más sensibilidad y otras no? Ante estas incógnitas, queremos que conozcas el misterio de las cosquillas.

Verdades de las cosquillas

Antes de hacerle cosquillas a una persona, debes entender de que se tratan y que pueden llegar a causar. Cuando recibimos cosquillas, los mecanorreceptores de la piel, envían un mensaje directo al cerebro hasta alcanzar el cerebelo, el cual se activa durante el contacto repentino. Como resultado de este contacto inesperado, nuestro cuerpo llega a sentir una especie de cosquilleo. A pesar de que esta sensación nos parezca un tanto placentera y divertida, existe algo detrás de esta respuesta cerebral.

Las cosquillas y las risas que nos causan, es la activación del mecanismo de defensa, donde la reacción es totalmente diferente a las situaciones de diversión. Las personas que reciben cosquillas, pueden llegar a reírse fuertemente, y en algunos casos, pueden tornarse agresivos o violentos. Esto se debe a la estimulación del sistema nervioso simpático, el cual es el encargado de desencadenar respuestas de lucha o huida. Así mismo, las cosquillas pueden activar el hipotálamo, la zona encargada de regular la temperatura corporal, el cansancio, y demás.

Muchas personas en algún momento de su vida han tratado de hacerse cosquillas a sí mismos, sin embargo, las reacciones que esperan no funcionan. Esto se debe a que, las reacciones de las cosquillas son un reflejo ante el estimulo inesperado. Si tratamos de hacerlas a nosotros mismos, el cerebro ya está advertido y activo ante el estímulo, y no reaccionará a nada.