La Familia Es La Primera Prioridad

Muchas personas pueden estar pasando por momentos difíciles de manejar en cuanto al aspecto de un buen equilibrio mental, pero cuando la causa puede afectar a otros miembros de la familia como ocurre con la pérdida de un ser querido, la familia es la primera prioridad.

En este caso es posible que varias personas resulten severamente afectadas y que haya que recurrir a las terapias de grupos, pues es necesario que se implemente un mecanismo de asistencia recíproca.

Otras veces la familia completa se puede ver afectada cuando se produce un divorcio, puede que uno de los cónyuges resulte severamente lesionado moralmente y ni que hablar de los hijos, quienes en realidad son la parte más vulnerables en estos momentos en que se sienten heridos desde lo más profundo.

Cuando alguno de los miembros de la familia cae en severos estados de depresión por consumo de drogas, la desesperación cunde de forma brutal, así siempre hay discrepancia en cuanto al tratamiento a seguir o en cuanto a la actitud más, o menos severa que tome uno de los cónyuges y el otro no la comparta.

Cualquier cosa puede ocurrir para que una familia se desmorone vertiginosamente, si no se acude con prontitud en busca de una ayuda profesional, más de uno de los miembros de la familia, puede resultar seriamente comprometido.

No se debe sentir ningún tipo de recelo, muchos creen que asistir a un psicólogo es motivo de burla para los demás, pero la realidad, es que es de personas sabias y sensatas reconocer cuando las cosas no están tan bien y se necesita buscar asistencia de terapia familiar Gestalt por ejemplo.

La familia es el núcleo de la sociedad

Claro, la familia es el núcleo de la sociedad, por tanto es muy importante que este sistema conformado por todos y cada uno de los miembros, deben estar sincronizados en cuanto al funcionamiento y con ánimos de cooperación recíproca. Debe existir empatía total y sentido de corresponsabilidad de cado uno hacia todos los demás.

Debemos recordar que las familias completas y típicas, pueden estar compuestas por personas desde cero edad hasta algunos miembros que pueden estar acercándose a los cien. Cada uno de estos miembros desde el lactante con sus necesidades muy peculiares y exigentes, hasta los adultos mayores que pueden estar padeciendo de más de una dolencia, ameritan atención VIP, por decir algo.

Si nos ponemos a estudiar cada edad por separada, todas son en realidad muy vulnerables, por ejemplo los que están pasando por cambios bilógicos fuertes como los adolescentes, están siendo sometidos a cambios hormonales que pueden afectar tanto la mente como indudablemente el cuerpo.

Si nos vamos un poco más profundo, caemos en esa edad tan difícil, donde el niño, no es tan niño, pero tampoco es adulto, de manera que pareciera no encajar en ningún grupo de conversaciones que se aborden en la casa.

Papá y mamá con sus negocios, pacientes, clientes y diferencias conyugales por la presunción de algún tercero que nunca falta para meter sus odiosas narices en un hogar ejemplar para destruirlo, los ancianos hablando y repitiendo todos los días las mismas historias del pasado de unos 50 o sesenta años atrás, los adolescentes deprimidos por un amor platónico, los niños peleando por un juguete y pare usted de contar. En realidad no es fácil.