La fecundación

Los animales y plantas sólo pueden sobrevivir, como un grupo, en tanto producen descendientes mediante la fecundación. Muchos animales y plantas unicelulares se reproducen por su mera división en dos o más (escisión).

Luego cada parte se convierte en un individuo nuevo. Otros animales y plantas inferiores forman yemas, las cuales en condiciones favorables se separan del progenitor y crecen hasta su desarrollo.

Reproducción sexual y asexual

Estos procesos reciben el nombre de reproducción asexual. La reproducción sexual implica la fecundación de un óvulo por un espermatozoide. Todos los animales y plantas superiores se producen sexualmente. Muchas especies animales se entregan a un período de cortejo antes de emparejarse.

Los animales y plantas han desarrollado muchas formas de asegurarse la perduración de su especie. Moscas de agua y algunos insectos producen a veces unos huevos que nacen sin ser fecundados. Este fenómeno se llama partenogénesis.

Algunas plantas como los guisantes y el maíz pueden servir de testimonio. Y algunos animales sencillos como determinados gusanos, se fecundan a sí mismos. Osea qué tanto los óvulos como los espermatozoides son producidos por el mismo individuo.

La fecundación cruzada

La fecundación cruzada en la que los óvulos de un individuo han de ser fecundados por los espermatozoides de otro, constituye la norma imperante para la mayoría de animales y plantas. Muchas de estas últimas con flores son fecundadas por el polen que transportan los insectos o los pájaros.

Los animales que producen un gran número de crías les dedican un cuidado mínimo. Aquellos que cuidan más a sus hijos son los que tienen descendencia menos numerosa. Por ejemplo los mamíferos que paren a sus hijos vivos.

La fecundación tiene lugar dentro del cuerpo de la hembra, donde también se desarrolla el nuevo ser. Produce pocos retoños pero cada uno de ellos tiene grandes probabilidades de sobrevivir, gracias al cuidado de la madre.