Los orígenes de la moneda

El uso del dinero en todas las transacciones comerciales de la vida cotidiana, pequeñas o grandes hace suponer muchas veces que siempre ocurrió así y que los orígenes de la moneda se remontan a la antigüedad. Sin embargo, los pueblos primitivos no conocieron la moneda. Así la fortuna de un individuo se media por el numero de vacas, caballos u otros animales de que era propietario. Y por los muebles de su casa y los enseres para labranza o pesca.

Cuando un hombre necesitaba un caballo lo obtenía mediante una operación en que, a cambio de lo que deseaba le daba al dueño del caballo otros bienes o cosas, pieles por ejemplo que al comprador le sobraban y el vendedor necesitaba.

De este modo el comercio consistía en los que llamamos “Trueque”. O sea, el intercambio directo de mercancías. Pero este simple sistema originó grandes complicaciones sobre todo cuando la producción aumento y así ocurría con frecuencia que un individuo que necesitaba algo no podía obtenerlo porque lo que pudiera ofrecer a cambio no era lo que necesitaba el vendedor.

Las primeras monedas

En solución al problema anterior, se recurrió al sistema de entregar objetos raros (Piedras, conchas, etc.) que representaban un reconocimiento de la deuda para ser pagada en el momento oportuno. Pero estas piedras y conchas solo tenían valor para los individuos que habían hecho el intercambio.

Fue así, como surgió la idea debido a los fenicios (pueblo de grandes comerciantes) de intercambiar símbolos que fueron reconocidos por todos y que garantizaban cierto valor. De esa manera se sentaron las bases de lo que en el curso de los siglos habría de ser la moneda actual.

Desde entonces el sistema ha sufrido muchas variaciones, pero en el fondo es la misma idea que subsiste. Actualmente no son los particulares los que acuñan monedas, sino los estados que emiten billetes y garantizan el calor de los mismos con cantidades equivalentes del oro que atesoran. Es decir, que por cada millón de pesos por ejemplo que circula, hay una reserva en barras o monedas de oro llamada “encaje”.